El brote de COVID-19 provocó que los líderes y propietarios de negocios tomarán decisiones a corto plazo para dar continuidad a sus operaciones; sin embargo, estas medidas tuvieron que modificarse debido a la prolongación de la cuarentena
Ante un contexto de contingencias tan relevantes, es de suma importancia que las organizaciones identifiquen los rubros de la empresa que podrían verse más afectados, y a partir de ellos configurar un plan de continuidad del negocio efectivo que ayude a mantener con normalidad tres temas principales:
La primera etapa consiste en contar con un plan de continuidad del negocio, que permita comprender los riesgos principales en las operaciones y la cadena de suministro. A partir de este conocimiento, será posible destinar los equipos suficientes para atender la crisis, y luego enfocarse en el diagnóstico de la cadena de abastecimiento y la gestión de riesgos.
Como segunda etapa, es esencial determinar si los directivos y su gobierno corporativo podrían tomar las decisiones clave con la rapidez necesaria, planeando escenarios financieros y de negocio que abarque desde una pronta recuperación ante esta coyuntura, hasta un freno en el crecimiento o una posible recesión global.
A corto plazo, deben plantearse acciones de mitigación de riesgos en operaciones y cadena de suministro, evaluando impactos en la transportación. En este sentido, las organizaciones deben asegurarse de tener comunicación con sus clientes y grupos de interés principales, revisar y evaluar el impacto que tendrá la planeación y gestión del talento, y revisar impactos que podrían ir surgiendo en función del sector donde se opera.
Finalmente, en una tercera etapa será necesario dar continuidad a la construcción de una cadena global de suministro ágil y con visibilidad plena de todos sus eslabones, así como comprender y realizar una automatización digital y de procesos para mitigar las consecuencias de las posibles interrupciones que, como hemos visto, pueden afectar a las empresas debido a factores externos, desarrollando e implementando prácticas potenciadas de gestión de riesgos.
Dentro de GDI tuvimos que adaptarnos y crear estrategias para seguir con nuestras labores y con la producción de prendas.
Implementamos mejores estrategias y comunicación con nuestros clientes y proveedores; para poder establecer tiempos de recepción de materia prima y establecer tiempos reales de entrega. Siempre tomamos en cuenta la situación en la que nos encontrábamos y los cambios diarios, para no poner en riesgo las operaciones y así no tener un descenso.
En GDI buscamos mejores estrategias hasta el día de hoy, para poder saber qué acciones implementar en situaciones futuras.