Las mujeres en las empresas

En los últimos años, los debates acerca de la igualdad de género han tenido un especial protagonismo en todos los ámbitos. Entre otros aspectos, se ha subrayado la baja representación del liderazgo femenino en empresas y puestos de responsabilidad pública.

Las cifras aportan pruebas significativas: actualmente, a pesar de que las mujeres representan el 43% de la fuerza laboral a nivel mundial, solo el 36% de los cargos gerentes del sector privado y de los puestos de funcionariado del sector público son mujeres. Con respecto a los cargos en consejos de dirección, el porcentaje desciende al 18,2 % a escala global.

Y no parece que sea una cuestión de mayor presencia histórica de los varones en el mercado de trabajo; por cada 100 hombres promocionados a gerentes, solo 72 mujeres son ascendidas.

No obstante, los datos también indican que el número de mujeres en puestos de mando se está incrementando, impulsado por una intensificación de las políticas proactivas de igualdad en el ámbito público y una mayor concienciación sobre el impacto positivo del liderazgo femenino en el mundo empresarial. Así,en los últimos 16 años, la cifra de directivas ha crecido 10 puntos porcentuales a nivel global, de acuerdo con el estudio Women in Business 2020, de Grant Thornton.

DATOS SOBRE LA SITUACIÓN DEL LIDERAZGO FEMENINO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS

Las cifras mencionadas hablan de una desigualdad que no se corresponde con la realidad formativa. Según el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) Datos y cifras del Sistema Universitario Español, de 2020, el porcentaje de mujeres matriculadas en la universidad en el curso 2018/2019 fue del 57,2%. Además, terminan sus estudios superiores con una nota media superior a la de los compañeros varones: 7,35 frente a 7,06.

Sin embargo, en el mundo laboral, la dificultad en la conciliación familiar, el “techo de cristal” o los prejuicios de género son algunas de las razones que obstaculizan el desarrollo del liderazgo femenino.

La Organización Mundial del Trabajo, organismo perteneciente a las Naciones Unidas, alerta de que existen desigualdades incluso cuando las mujeres acceden a las posiciones de mando. Según los datos del informe The Business Case for Change, se produce una segregación por género. Así, mientras que las mujeres en puestos de mando tienden a concentrarse en ciertas áreas de actividad, como Recursos Humanos, Administración, Marketing y Ventas, apenas tienen representación en otras como Operaciones, Investigación y Desarrollo o Finanzas. En estos últimos ámbitos, existe una gran presencia masculina y, a menudo, son las posiciones que actúan como trampolín para ascender a puestos superiores.

En GDI buscamos la inclusión, que nuestro equipo este formado por personas excepcionales, sin importar el género.

Motivamos a nuestras mujeres a ser mejores día con día, siendo líderes a seguir, demostrando que todos podemos ejercer las mismas tareas y crecer como personas y profesionistas.

Un plan de continuidad del negocio efectivo

El brote de COVID-19 provocó que los líderes y propietarios de negocios tomarán decisiones a corto plazo para dar continuidad a sus operaciones; sin embargo, estas medidas tuvieron que modificarse debido a la prolongación de la cuarentena 

Ante un contexto de contingencias tan relevantes, es de suma importancia que las organizaciones identifiquen los rubros de la empresa que podrían verse más afectados, y a partir de ellos configurar un plan de continuidad del negocio efectivo que ayude a mantener con normalidad tres temas principales:

  1. Cadena de suministro
  2. Operación del negocio
  3. Factores financieros y externos

La primera etapa consiste en contar con un plan de continuidad del negocio, que permita comprender los riesgos principales en las operaciones y la cadena de suministro. A partir de este conocimiento, será posible destinar los equipos suficientes para atender la crisis, y luego enfocarse en el diagnóstico de la cadena de abastecimiento y la gestión de riesgos.

Como segunda etapa, es esencial determinar si los directivos y su gobierno corporativo podrían tomar las decisiones clave con la rapidez necesaria, planeando escenarios financieros y de negocio que abarque desde una pronta recuperación ante esta coyuntura, hasta un freno en el crecimiento o una posible recesión global.

A corto plazo, deben plantearse acciones de mitigación de riesgos en operaciones y cadena de suministro, evaluando impactos en la transportación. En este sentido, las organizaciones deben asegurarse de tener comunicación con sus clientes y grupos de interés principales, revisar y evaluar el impacto que tendrá la planeación y gestión del talento, y revisar impactos que podrían ir surgiendo en función del sector donde se opera.

Finalmente, en una tercera etapa será necesario dar continuidad a la construcción de una cadena global de suministro ágil y con visibilidad plena de todos sus eslabones, así como comprender y realizar una automatización digital y de procesos para mitigar las consecuencias de las posibles interrupciones que, como hemos visto, pueden afectar a las empresas debido a factores externos, desarrollando e implementando prácticas potenciadas de gestión de riesgos.

Dentro de GDI tuvimos que adaptarnos y crear estrategias para seguir con nuestras labores y con la producción de prendas. 

Implementamos mejores estrategias y comunicación con nuestros clientes y proveedores; para poder establecer tiempos de recepción de materia prima y establecer tiempos reales de entrega. Siempre tomamos en cuenta la situación en la que nos encontrábamos y los cambios diarios, para no poner en riesgo las operaciones y así no tener un descenso.

En GDI buscamos mejores estrategias hasta el día de hoy, para poder saber qué acciones implementar en situaciones futuras.