Sostenibilidad empresarial en 2022

La urgencia del cambio climático y su mayor tangibilidad y trazabilidad provoca que en ocasiones se desplacen otras cuestiones fundamentales como son los asuntos sociales, cuya complejidad se enfrenta a una serie de barreras como la falta de estandarización o la dificultad de asociarlo a un beneficio económico. Sin embargo, su calado es profundo a nivel social, empresarial y, en definitiva, para el progreso económico. Para que se ejecute con éxito, la recuperación económica debe tener en cuenta una transformación sostenible de las empresas.

La transformación de las empresas hacia un modelo responsable y sostenible exige poner a las personas en el centro

 El valor de estos intangibles determinará todavía más la sostenibilidad empresarial en el tiempo y será el factor que decante su predilección por parte de consumidores o inversores.

La sostenibilidad sigue ganando peso en el tejido empresarial y cada día son más las empresas que incorporan criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en sus decisiones de negocio.

La sostenibilidad empresarial pretende lograr el equilibrio entre el aspecto social, económico y medioambiental dentro de una organización y, para ello, deberá existir un balance entre el crecimiento en el uso de los recursos humanos, materiales, financieros y naturales que conforman la organización.

Cómo garantizar la transformación sostenible de tu empresa

En la actualidad, la integración de la sostenibilidad en la estrategia de negocio se ha convertido en un factor vital para los líderes empresariales y, por tanto, alinear este concepto dentro de las organizaciones generará numerosos beneficios de cara a clientes, proveedores, inversores y frente a la sociedad en general y fortalecerá la imagen, la reputación y el cumplimiento de regulaciones y tratados dentro y fuera de las fronteras.

Para materializar con éxito la integración de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en la estrategia de la compañía, TÜV SÜD plantea 7 fases a tener en cuenta:

  • Fase 1. Análisis de Situación. Debemos partir del mapeo de la dirección de la cadena de valor, examinando cada segmento, tomando en cuenta el contexto, incluyendo las partes interesadas tanto internas como externas y sus expectativas en materia de ODS. El Análisis de Situación permite llevar a cabo el mapeo de alto nivel de la cadena de valor para identificar las áreas de impacto y riesgos relevantes tanto para las organizaciones como para sus grupos de interés.
  • Fase 2. Análisis de Materialidad. A partir de dicha herramienta identificaremos aquellos aspectos materiales que se consideren lo suficiente relevantes para estar sujetos a gestión o compromiso activo por parte de la organización basándose en dos dimensiones: influencia en los grupos de interés y consecuencias económicas, ambientales y/o sociales (factores internos y externos).

  • Fase 3. Plan estratégico. Se definirá las palancas estratégicas o focos de actuación para gestionar y controlar los posibles impactos generados en las operaciones de la organización a lo largo de toda la cadena de valor.
  • Fase 4. Plan de Acción. Establecer los objetivos y metas específicas para promover las prioridades de la empresa.
  • Fase 5. Integración. Integrar la sostenibilidad en todas las funciones. Pudiendo establecer consejos, comités, juntas, o grupos de trabajo de sostenibilidad formados por personas de diferentes unidades con el fin de integrar de manera transversal a todas las líneas del negocio desde en primer lugar, su alta dirección.
  • Fase 6. Formación y sensibilización a la plantilla en materia especifica de Sostenibilidad desde criterios ESG hasta los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

  • Fase 7. Verificación y Seguimiento. Realizar seguimiento de los procesos para verificar la correcta consecución de las medidas declaradas.
  • Fase 8. Informe de sostenibilidad. Elaborar el Informe de sostenibilidad para reportar la información sobre el grado de consecución y desarrollo de los ODS más relevantes y, por último, llevar a cabo distintas actividades para comunicar y difundir dichos logros.

¿Cuáles pueden ser las cualidades de un buen líder?

El liderazgo empresarial debe estar encaminado a lograr el crecimiento de la compañía en un futuro no muy lejano. Por ello, hay que establecer una estrategia realista y atractiva que motive a todo el personal.

En cualquier estrategia, el líder establecerá prioridades, analizará los resultados que se van obteniendo durante el proceso y medirá los resultados logrados en el plazo establecido.

Para llevar a cabo todo esto, el liderazgo empresarial debe ser creíble y sustentarse en 11 pilares fundamentales:

  1. Ética

Le exige al líder una coherencia para establecer que lo que se ha comprometido es realizable y una responsabilidad para cumplir lo acordado con los empleados. 

  1. Serenidad

Un buen líder tiene que estar preparado para aguantar momentos de presión extrema y ser capaz de mantener la calma, controlar las emociones y solucionar los conflictos o contratiempos.

  1. Capacidad

Significa que el responsable tiene que poder dar resultados cuantificables. Estos resultados son la garantía del respeto de sus subordinados. 

Para que la compañía funcione correctamente debe medirse el rendimiento y la consecución (o no) de objetivos. 

  1. Valentía

Tiene que ser capaz de demostrar su capacidad de decisión, afrontar momentos complicados, aceptar las críticas, admitir sus equivocaciones y modificar las acciones que han generado los malos resultados.

  1. Convicción

Es la seguridad de creer en lo que hace. Debe ser capaz de transmitir ese convencimiento para que su equipo reme en la misma dirección. 

  1. Consideración

Un buen líder no puede actuar movido por el despotismo y el orgullo. Debe fomentar el respeto y la empatía hacia todos los miembros del equipo. Esto se consigue teniendo una actitud proactiva y cercana.

  1. Invertir en talento

Hay que facilitar a los trabajadores la oportunidad de continuar formándose y creciendo profesionalmente. Además, se pueden implantar iniciativas que premien su talento e implicación.

  1. Visión estratégica y capacidad de adaptación

Es necesario tener clara la estrategia a seguir, los peligros que pueden surgir y planificar el mejor momento para ejecutarla. Si se producen contratiempos, un buen líder, tiene que ser capaz de adaptarse tanto él como a la estrategia inicial.

  1. Valores estratégicos

Los valores son inherentes a la propia persona. Estos valores propios de la estrategia empresarial, para que resulten eficaces, deben plasmarse de manera constante y prolongarlos en el tiempo, adaptándose si fuera necesario.

  1. Motivación

La motivación de los equipos de trabajo es imprescindible en todo el proyecto, desde el inicio hasta el final. No importan los obstáculos que surjan en mitad del proceso, el líder conseguirá que el grado de implicación de sus subordinados no decaiga. Sin una motivación correcta es imposible alcanzar el éxito.

  1. Perfecta ejecución

Un líder exitoso dirige cualquier proyecto garantizando el desarrollo profesional de los trabajadores, la asignación de recursos y unos resultados impecables.

Estos son algunos, sino que los más importantes pilares del liderazgo dentro de las empresas, ser un líder es un trabajo arduo, pero, en muchos ya viene innato. Es algo importante dentro de las empresas para alcanzar los objetivos y el buen trabajo en equipo.

Apoyar al equipo es importante, para ellos y la misma empresa.

Dentro de GDI buscamos destacar cada una de estas cualidades en nuestros colaboradores, ello para hacerlos mejor día con día. Somos una empresa que busca que cada uno destaque dentro y fuera de la empresa, buscamos un equipo de personas excepcionales.

 

Una herramienta única capaz de proveer información

La contingencia global actual ha sacudido el modelo operativo de las empresas de diversos sectores. Esto nos enfrenta a una realidad antes impensable para muchos y para la que muchos de los negocios no habían desarrollado capacidades suficientes.

Desde una perspectiva empresarial, el impacto de la pandemia ha dejado a las compañías en distintas posiciones:

  1. Negocios que han perdido relevancia e incluso viabilidad de manera repentina
  2. Sectores con estructuras inestables y vulnerabilidades sostenibles a corto plazo, y que requieren transformarse para volver a cobrar relevancia
  3. Grupos de negocios cuya recuperación estará estrechamente ligada al restablecimiento de la economía
  4. Empresas en las que los cambios estructurales han acelerado su crecimiento

 Los sectores que prevén mayores pérdidas en 2021 son:

  1. Hotelería y turismo
  2. Outsourcing
  3. Medios de comunicación

En contraste, los que esperan tener ingresos mayores o iguales a los de 2019 son:

  1. Salud
  2. Electrónicos / software
  3. Consumo / retail.

Ante este contexto, temas como la digitalización de servicios y la automatización de procesos se escuchan más como una urgencia que como un proyecto de vanguardia.

En cualquier escenario, es relevante revisar la estrategia y los elementos esenciales del modelo a implementar, para acelerar iniciativas de transformación que permitan explotar las ventajas actuales, crear nuevas, reducir desventajas e incluso rediseñar modelos. 

La gestión de riesgos surge como una herramienta única capaz de proveer información sobre temas externos e internos y su influencia favorable o desfavorable para el negocio. Esta situación reta a los líderes de estas iniciativas, ya que deben abordarlas con enfoques de pensamiento distintos a los utilizados antes de la crisis sanitaria, con un nivel de profundidad y claridad que conduzca a crear iniciativas, reforzar las actuales, y sobre todo promover la acción coordinada en todas las capas de gestión y desde todos los pilares del negocio: estratégico, operativo, y de recursos humanos.

Para lograr dicha estrategia vale la pena analizar cómo quedó el “terreno”, los pilares que considerábamos relevantes y, sobre todo, el nivel de influencia de aspectos externos como: mercado para nuestros productos, nuevos hábitos de consumo, nuevas regulaciones, nuevos requerimientos de salud y seguridad, cadenas de abasto y fuentes de financiamiento, entre otros.

Asimismo, valdrá la pena mantener en constante monitoreo la dirección que toman las distintas zonas del modelo operativo y las cualidades a mantener y desarrollar para seguir los objetivos de la empresa. Aspectos como:   

  • La disponibilidad y calidad de recursos en la cadena de suministro
  • La capacidad de los propios procesos de producción
  • Digitalización y automatización de procesos
  • Experiencia del cliente
  • Seguridad física de infraestructura
  • Disponibilidad de recursos tecnológicos y ciberseguridad
  • Salud y seguridad del talento
  • Flexibilidad en esquemas de trabajo 

Modelos dinámicos de análisis de riesgos

Será importante estructurar modelos dinámicos de riesgos que analicen la evolución de riesgos actuales, estudien potenciales vínculos entre riesgos y el impacto que en combinación pueden tener en la organización. Modelos que incluyan como parte natural del proceso el mantenerse alerta ante riesgos emergentes; así como el análisis de oportunidades de negocio que surgen en entornos cambiantes como los que ya vivíamos y cuyo dinamismo se agudizará.

Enfoque integrado en la gestión

Que el modelo de gestión de riesgos conduzca a una dinámica de ejecución operativa integrada en todos sus elementos y en todas sus capas de gestión será relevante para lograr un mayor grado de flexibilidad en la operación, y así incrementar las posibilidades de lograr objetivos en entornos cambiantes.

 

Un programa de gestión de riesgos adecuado sería una herramienta útil para mantener el rumbo del negocio en un entorno cambiante e incierto, además de encender los motores adecuados en la ejecución de la estrategia para aprovechar ventajas estratégicas, reforzar zonas de gestión fundamentales e incluso reconfigurar el modelo operativo. En este escenario, el liderazgo del Consejo de Administración será esencial para obtener los mayores beneficios del programa.