Directivos que entiendan y lideren

Liderar a personas más inteligentes puede ser un escenario que intimida incluso a los más experimentados. Sin embargo, es más una oportunidad que un obstáculo.

Sin importar la situación en la que te encuentres, cuando estás por hacer algo, siempre tienes, al menos, dos opciones. Incluso pueden ser tan sencillas y obvias como: lo haces o no lo haces. Cuando estás al frente de uno o varios equipos de personas, lo vives todo el tiempo. La presión puede ser muy fuerte, porque en tus manos está conseguir resultados valiosos a través de tus colaboradores.

Mucho está en juego, ¿cierto? Entonces, ¿por qué crees que todavía existen directores o gerentes que dudan en contratar a personas más capaces que ellos? Si es verdad que los objetivos están dirigidos a mejorar y convertirse en una organización (y, por lo tanto, un profesional) más fuerte, más cerca de la excelencia, entonces sus elementos deben tener esas características también.

Todo se reduce a un asunto de intimidación y seguridad en uno mismo. Si un jefe contrata a una colaboradora más talentosa que él, tal vez lo aborden preguntas como si esa persona le quitará su trabajo en poco tiempo o si pronto dudará de sus capacidades de liderazgo; o quizá perderá el respeto. Siendo honesto, pienso que este tipo de inquietudes hablan más de quien las formula, y es importante sacudirlas de inmediato para concentrarse en la única pregunta que es válida en estas situaciones: ¿cómo dirigir a personas más inteligentes que uno? Con estos consejos espero ayudar a responder:

Dile no a la intimidación

Es perfectamente natural sentirte intimidado. Sin embargo, intenta alejarte de esa sensación tan pronto como te sea posible. La inteligencia en tus colaboradores deberías considerarla como una herramienta para alcanzar el éxito colectivo, no una razón para que te ataquen de manera individual. Para estar al frente de un equipo también se necesita mucho talento y buenas ideas, por algo estás ahí. El proceso de selección es la clave para su éxito y para el de su empresa. No hay nada tan importante para su futuro como su habilidad en seleccionar a la gente más adecuada para el puesto. “

Recuerda que tú también fuiste uno de ellos

Al ponerte en los zapatos de las personas que integran a tu equipo (o varios equipos), entenderás también qué es lo que esperan de ti. ¿Recuerdas las expectativas que tuviste de tus antiguos jefes? En realidad, nadie espera que tengas todas las respuestas, pero sí que estés abierto a nuevas propuestas o a la creatividad de los más jóvenes o inexpertos. Piensa qué es lo que más apreciaste de tus superiores en aquel entonces y encontrarás el camino para dar buenas direcciones.

Abre un canal de dos sentidos para el aprendizaje

Si reconocemos el talento de los recién llegados, entonces podemos aprender de ellos. Y esta es una oportunidad que debe aprovecharse sin dudarlo: alguien nuevo tendrá conocimientos frescos de su área para innovar y quien está al frente contará con la experiencia que permite resolver asuntos de organización, crisis o colaboraciones en distintas escalas. Hazle saber a tu personal que quieres aprender de sus conocimientos y que quieres dar aportes valiosos a su talento.

Comprende y abraza lo que significa ser un líder

Si estás en un puesto de dirección, entonces debes entender que tu papel en la empresa ha cambiado. Como dice Lynda Hill, profesora en la Harvard Business School y coautora del libro Being a Boss: ya no eres un colaborador individual, sino un facilitador de las condiciones para que los demás se desarrollen, exploren su potencial y, por lo tanto, se conviertan en colaboradores valiosos que lleven a la empresa a sus objetivos.

Ahora que estás al frente, tienes al menos dos opciones: rodearte de personas que cumplirán con el mínimo para sacar la chamba y que te mantengan en tu zona de confort, o elegir aquellas que aportarán valor genuino a tu empresa y que te ayudarán a crecer en tu papel de liderazgo.

 

Tendencias en el sector Retail y Consumo para el 2022

El sector de Retail & CPG es uno de los sectores que mayor transformación está sufriendo en los últimos años, principalmente motivado por las siguientes razones:

  • La pandemia ha provocado una adopción de los usuarios hacia los canales digitales, equivalente a la que se tendría que haber dado en los próximos 10-15 años si no hubiera habido una pandemia, lo que ha provocado un crecimiento exponencial del uso de plataformas digitales.
  • La sociedad muestra una mayor concienciación hacia el cuidado del planeta, el impacto mediambiental y social. Naciones Unidas ha definido un marco de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que están presentes en todos los Consejos de Administración como una de las palancas de su estrategia corporativa.
  • Amazon está cambiando los hábitos de consumo, y la sociedad está adoptando una tendencia muy acusada a la inmediatez.

Bajo este macrocontexto, todas las compañías en general, y las de Retail y Consumo en particular tienen que reaccionar de manera ágil, estableciendo una serie de líneas maestras:

1) Eficiencia operativa (reducción de costes operativos). La tecnología, los procesos y las personas forman parte de un triángulo donde a través de la adopción de nuevas tecnologías, la definición, automatización y robotización de los procesos, como la identificación de talento, la retencion y la formación en capacidades digitales de los empleados se han convertido en capital. En este punto, las compañías del sector tecnológico están reaccionando y las compañías están ofreciendo soluciones para poder digitalizar, automatizar, robotizar y optimizar los procesos, permitiendo a las compañías mantener sus resultados operativos, no tanto por el aumento de ingresos, sino por la reducción de costes operativos.

2) Potenciar los canales digitales. Adicionalmente a la reducción de costes operativos, las compañías tienen que buscar nuevas vías de ingreso. Muchas compañías del sector de consumo están respetando su principal canal de distribución (retailers), sin entrar en competencia con ellos mediante canales de venta propios. Esta tendencia que ha estado establecida durante las últimas décadas, se ha roto, y compañías del sector están desarrollando sus propios canales de venta digitales e incorporando su producto a marketplaces sectorizados, aprovechándose de las bondades que el canal digital permite, de cara a conocer al cliente final.

3) Cadena de suministro. La cadena de suministro ha pasado de ser un centro de coste, a ser un elemento esencial y de valor para las compañías. Disponer de un proceso optimizado con reducción del coste operacional, así como mejorar los procesos de cara al cliente, en el que el período de entrega, la trazabilidad del envío, la disponibilidad de stock, la previsión de la demanda, etc. se han convertido en características capitales, donde los consumidores ponen el foco en su momento de compra. Para conseguir todo esto, se necesita disponer de soluciones de Supply Chain Digital, que permitan a los sistemas estar interconectados, con una visión del dato holística que permita ser base para la optimización, automatización, robotización y predictibilidad del proceso.

4) Talento. Las compañías en muchos sectores, tienen la necesidad de contar con talento en diferentes materias, que se han convertido en estratégicas para las compañías: expertos en el proceso, en tecnología, en modelos de negocios digitales, los cuales son ampliamente demandados en el mercado, siendo vital poder ofrecerle a este tipos de perfil un proyecto atractivo

5) Sostenibilidad. Aparte de ser más eficientes, reducir nuestros costes operativos, y buscar vías nuevas de ingreso mediante la adopción de uso de la tecnología, cada vez se convierte en vital para las compañías hacerlo respetando el impacto que sus negocios afectan al medioambiente, al ámbito social, poniendo una derivada más a tener en cuenta en este contexto complejo empresarial. La reputación, la imagen de marca, y en definitiva el contexto moral, está reflejándose inicialmente en todos los Consejos de Administración (a través de sus áreas de Governance y ESR). Sin embargo, las entidades deben de pasar de una posición de escaparate a establecer políticas y planes estratégicos que permitan implantar la sostenibilidad y el respeto al medioambiente en sus modelos de negocio.

Vivimos un momento tremendamente extraordinario, donde las compañías necesitan adaptarse de manera extraordinaria a las características excepcionales del contexto, provocadas por una pandemia (no había habido otra en 100 años), un panorama macroeconómico complicado (tristemente esta situación es más frecuente) y con un problema de modelo estructural a nivel nacional, motivado por la dependencia de servicios y sectores altamente impactados por la pandemia, edulcorado todo ello con poca inversión en los últimos años en aspectos fundamentales en formación y educación, capitales para poder competir en un contexto de cada vez mayor globalidad.

Un buen liderazgo para nuestro rendimiento y nuestra propia salud.

El liderazgo es un talento muy especial: el talento para influir decisivamente en los demás a través de la credibilidad, de nuestra autenticidad. No estamos hablando de un rol, de ser jefe, sino de ganarnos la confianza y el compromiso de los demás, empezando por nuestro liderazgo interno.

¿Qué podemos hacer para gobernarnos mejor? Empecemos por interiorizar una serie de hábitos neuro-saludables, beneficiosos para nuestro cerebro. El cerebro humano es el órgano más fascinante del universo, el de mayor potencia. Sin embargo, también es el órgano más vulnerable. Más allá de lo heredado, el temperamento, tenemos una gran capacidad (si queremos) de aprender, de entrenarnos, de desarrollar nuevos hábitos.

Más concretamente, el liderazgo, desde la neurociencia, nos enseña que hay nueve hábitos o comportamientos repetidos que deberían configurar nuestra “segunda naturaleza”, en palabras de Aristóteles. Estas pautas se dividen en tres bloques:

A) HÁBITOS DE DIRECCIÓN:

Activar el propósito, el para qué, el sentido para inspirarnos personalmente e inspirar a los demás. “El liderazgo es la intersección entre visión y valentía”.

Elegir lo que pensamos. Los humanos corremos el riesgo de dispersarnos y de darle demasiadas vueltas a las cosas. Dejarlas para más adelante, la procrastinación, lleva a la ansiedad, por eso debemos elegir la idea que más nos conviene.

Visualizar lo que queremos conseguir, desde la imaginación, las expectativas, las profecías que queremos que se cumplan, y suelen hacerlo. Nuestro cerebro procesa más rápido las imágenes que las palabras. 

B) HÁBITOS DE CUIDADO:

Relajar la mente, que nunca está quieta, a través del mindfulness y el sueño reparador. El estrés negativo ataca al cerebro y lo destruye materialmente. La falta de sueño provoca fiebre y catarros a corto plazo y a largo mata, reduciendo drásticamente la esperanza de vida.

Alimentar bien el cerebro evitando los venenos blancos. La nutricionista australiana Catherine Itsiopoulos recomienda dieta mediterránea y equilibrio. Hay que tener cuidado con el azúcar (no debería alcanzar el 10% de la ingesta calórica, según la OMS), la sal, la harina y los lácteos.

Practicar el ejercicio adecuado. El ejercicio desarrolla el hipocampo, clave para la memoria y el aprendizaje. Debemos practicar al menos dos horas y media semanales de actividad moderada.

C) HÁBITOS DE DESARROLLO:

Conversar con personas tónicas y no tóxicas. La soledad mata y los seres tóxicos nos vampirizan. Una buena conversación nos mejora como personas y como líderes. 

Contagiarnos del optimismo inteligente. Como estilo explicativo de la realidad, el optimismo beneficia a nuestro cerebro y el pesimismo nos vuelve indefensos, lo que afecta al sistema inmune que nos defiende de los virus. 

Aprender continuamente desde la voluntad: lecturas frecuentes, curiosidad permanente, deseo de saber más y de forjar nuestro carácter. El liderazgo que no se aprecia se deprecia.

Más allá de conocer estos hábitos, que pueden parecer de sentido común, debemos reconocer nuestras fortalezas y oportunidades de mejora, para mantener aquellas y aprovechar estas. Si es acompañado de un coach, mejor. Practicar los hábitos neurosaludables nos dará más y mejor vida.

¿Cuáles pueden ser las cualidades de un buen líder?

El liderazgo empresarial debe estar encaminado a lograr el crecimiento de la compañía en un futuro no muy lejano. Por ello, hay que establecer una estrategia realista y atractiva que motive a todo el personal.

En cualquier estrategia, el líder establecerá prioridades, analizará los resultados que se van obteniendo durante el proceso y medirá los resultados logrados en el plazo establecido.

Para llevar a cabo todo esto, el liderazgo empresarial debe ser creíble y sustentarse en 11 pilares fundamentales:

  1. Ética

Le exige al líder una coherencia para establecer que lo que se ha comprometido es realizable y una responsabilidad para cumplir lo acordado con los empleados. 

  1. Serenidad

Un buen líder tiene que estar preparado para aguantar momentos de presión extrema y ser capaz de mantener la calma, controlar las emociones y solucionar los conflictos o contratiempos.

  1. Capacidad

Significa que el responsable tiene que poder dar resultados cuantificables. Estos resultados son la garantía del respeto de sus subordinados. 

Para que la compañía funcione correctamente debe medirse el rendimiento y la consecución (o no) de objetivos. 

  1. Valentía

Tiene que ser capaz de demostrar su capacidad de decisión, afrontar momentos complicados, aceptar las críticas, admitir sus equivocaciones y modificar las acciones que han generado los malos resultados.

  1. Convicción

Es la seguridad de creer en lo que hace. Debe ser capaz de transmitir ese convencimiento para que su equipo reme en la misma dirección. 

  1. Consideración

Un buen líder no puede actuar movido por el despotismo y el orgullo. Debe fomentar el respeto y la empatía hacia todos los miembros del equipo. Esto se consigue teniendo una actitud proactiva y cercana.

  1. Invertir en talento

Hay que facilitar a los trabajadores la oportunidad de continuar formándose y creciendo profesionalmente. Además, se pueden implantar iniciativas que premien su talento e implicación.

  1. Visión estratégica y capacidad de adaptación

Es necesario tener clara la estrategia a seguir, los peligros que pueden surgir y planificar el mejor momento para ejecutarla. Si se producen contratiempos, un buen líder, tiene que ser capaz de adaptarse tanto él como a la estrategia inicial.

  1. Valores estratégicos

Los valores son inherentes a la propia persona. Estos valores propios de la estrategia empresarial, para que resulten eficaces, deben plasmarse de manera constante y prolongarlos en el tiempo, adaptándose si fuera necesario.

  1. Motivación

La motivación de los equipos de trabajo es imprescindible en todo el proyecto, desde el inicio hasta el final. No importan los obstáculos que surjan en mitad del proceso, el líder conseguirá que el grado de implicación de sus subordinados no decaiga. Sin una motivación correcta es imposible alcanzar el éxito.

  1. Perfecta ejecución

Un líder exitoso dirige cualquier proyecto garantizando el desarrollo profesional de los trabajadores, la asignación de recursos y unos resultados impecables.

Estos son algunos, sino que los más importantes pilares del liderazgo dentro de las empresas, ser un líder es un trabajo arduo, pero, en muchos ya viene innato. Es algo importante dentro de las empresas para alcanzar los objetivos y el buen trabajo en equipo.

Apoyar al equipo es importante, para ellos y la misma empresa.

Dentro de GDI buscamos destacar cada una de estas cualidades en nuestros colaboradores, ello para hacerlos mejor día con día. Somos una empresa que busca que cada uno destaque dentro y fuera de la empresa, buscamos un equipo de personas excepcionales.

 

La figura del líder es esencial

Para lograr la supervivencia de cualquier organización es vital el liderazgo. Esto se debe ya que es necesario contar con talento que conozca y utilice adecuadamente sus capacidades para guiar y dirigir. Sin importar si se trata de una gran empresa o de un grupo pequeño de personas. Todos deben prepararse en este ámbito, tanto los ejecutivos, el CEO, directores, administradores, jefes de equipos.

Para comenzar debemos saber que es un líder, por ello, será lo primero de lo cual hablaremos.

¿QUÉ ES UN LÍDER?

En realidad, un buen líder es una persona que tiene autoridad de manera natural y que la ejerce de manera natural. Sin tanto esfuerzo ni autoritarismos. 

El líder es aquella persona en torno a la cual todos los demás se agrupan por determinación casi inconsciente. Al observar que esa persona tiene carisma, capacidades y seguridad para dirigir al grupo. En muchas ocasiones, las situaciones que se experimentan son las que hacen que la persona en cuestión se convierta en líder por sus propias características.

Entonces, relacionado al ambiente laboral la figura del líder es esencial para llevar a cabo diferentes tipos de proyectos. Para que le permita a la organización alcanzar los objetivos previstos. Esto es así porque se estima que un buen líder puede guiar mucho mejor a un grupo de personas. A diferencia que si lo hiciera con cada persona de manera independiente. Esta misma situación se refleja en muchos otros ámbitos sociales que vivimos en nuestro día a día. Sin embargo, a diferencia de lo que pasa con otro tipo de líderes, quien ocupa ese rol en el mundo del trabajo debe actuar en beneficio de la empresa o institución y no de sus propios intereses. Entra en juego en este sentido los conflictos que puedan surgir con el personal y sus distintas necesidades.

¿CUÁL ES LA IMPORTANCIA DEL LIDERAZGO?

La importancia de un líder aparece en la mayoría de los proyectos que involucran grupos humanos. Representado por aquella persona capaz de organizar y guiar a un grupo, para cumplir diversos objetivos. Un líder no toma ventaja del grupo, todo lo contrario, usa su habilidad para empoderar a cada uno de los integrantes.

Se considera como buen líder a aquella persona que enseña e inspira a otros para alcanzar un objetivo en común. Más no a quien reprime o desvaloriza desde el autoritarismo. Los buenos líderes suelen ser recordados por su accionar y por cómo hacen sentir a los demás. No solo por su nivel académico o logros personales alcanzados.

Por ende, el liderazgo en la empresa es imprescindible porque es lo que lo define. En gran medida, la correcta administración de la misma. Así como el capitán de un barco es la persona más importante de la tripulación. También como el director de una importante orquesta. Así de importante es el papel de un líder dentro de la organización.

En GDI buscamos que nuestro equipo sea capacitado para ser líder, que todos sean vistos de esa manera y puedan tomar decisiones, tanto dentro como fuera de la empresa.

Somos una empresa que busca mejorar día con día, buscando que todos sobresalgan y así poder seguir formando un equipo excepcional y seguir siendo una empresa líder en su ramo.