La sustentabilidad y los consumidores

Cerca del 95% de los consumidores cree que sus acciones personales pueden ayudar a reducir el desperdicio insostenible, hacer frente al cambio climático y proteger la vida silvestre y la biodiversidad.

Los consumidores se han vuelto conscientes del cambio climático y de la importancia de adoptar hábitos sustentables en su vida diaria. De hecho, el 82% de las personas dice que la sustentabilidad tiene más relevancia ahora que antes de la pandemia.

Tipos de conductas principales

No todos los consumidores tienen la misma postura respecto del medio ambiente y el impacto que tienen sus actividades diarias. En líneas generales, pueden reconocerse tres tipos de actitudes:

  • Eco-activos:altamente preocupados por el planeta, toman acciones concretas para reducir sus residuos. Sienten la responsabilidad de ser sustentables y tienen muy presente el potencial impacto de sus acciones en el medio ambiente.
  • Eco-considerados: están preocupados por el ambiente a un nivel similar que los eco-activos, pero sus acciones diarias no lo demuestran. Entre sus principales barreras está el precio de los productos.
  • Eco-despreocupados: compradores que tienen muy poco o ningún interés en el medio ambiente. La temática ni siquiera aparece entre sus amigos y familiares. Desconocen las preocupaciones medioambientales.

Actualmente, los eco-activos representan el 22% de los consumidores globales: este grupo aumentó por segundo año consecutivo más del 5% en comparación con 2019. Y se espera que representen la mitad de la población mundial hacia fines de esta década.

Pero más allá de cuáles son las motivaciones de los consumidores, cuando se trata de sostenibilidad, existen tres comportamientos que se evidencian cada vez más:

Quieren conocer dónde se origina lo que consumen: están más preocupados que nunca en la salud y en la seguridad, y apoyan fuertemente a las empresas de sus comunidades locales.

Creen que los planes de recuperación económica deben hacer de las cuestiones medioambientales una prioridad.

Si bien el precio y la conveniencia siguen siendo importantes, están influenciados por atributos de marca como el bienestar, la responsabilidad medioambiental y la autenticidad.

Los consumidores son una parte fundamental para que las empresas puedan cambiar el rumbo de la sustentabilidad en sus actividades diarias, por ello es sumamente importante que escuches lo que dicen respecto a tu producto y el medio ambiente.

En GDI Uniformes estamos tomando acciones sustentables para poder brindarte un mejor servicio y cuidar el medio ambiente.

Acércate a nosotros y pregunta acerca de nuestros programa sustentables en prendas.

Conservación de la biodiversidad post COVID-19

La pandemia por Covid-19 ha puesto a la naturaleza y la salud como prioridad en la agenda de gobiernos y empresas.

La pandemia ha hecho que prioricemos la naturaleza y la salud de nuestro planeta y la de todos sus habitantes. La agenda cambió, y por ello en 2021 se espera buscar soluciones tangibles tanto para la recuperación económica como para la lucha contra el cambio climático, que es el gran reto de esta era.

La pandemia de COVID-19 ha producido impactos sociales y económicos de gran magnitud a escala regional y mundial. Son bien conocidas las consecuencias directas de las medidas de restricción de movilidad aplicadas por los gobiernos de la región, pero no se han explorado en mayor detalle las relaciones claves de los recursos naturales con los factores precursores, la expansión de los contagios y los impactos del mismo virus. 

La relación de los recursos naturales con la pandemia del COVID-19 es muy diversa. Por un lado, son factores esenciales para el control de la crisis (alimentos, agua potable, biodiversidad y electricidad), y por otro, se ven impactados por sus consecuencias (uso de combustibles, minerales, etc.).

Las medidas de cuarentena han provocado una disminución transitoria y sostenida en el uso de los combustibles y por lo tanto en sus emisiones y contaminación asociada, así como en la explotación misma de los recursos. El COVID-19 es una enfermedad zoonótica (de transmisión de animales a humanos) pero que se ha propagado de humanos a humanos con mucha facilidad por el alto hacinamiento y conectividad de nuestra estructura social. En todos los estudios que exploran las causas de la propagación de enfermedades zoonóticas, el cambio de uso de suelo es la mayor. 

Los primeros factores son: 

  1. Cambios de uso de suelo (fragmentación y degradación de ecosistemas)
  2. Cambios en la industria alimentaria
  3. Susceptibilidad humana
  4. Conectividad internacional (viajes)
  5. Una alta diversidad de especies, característica de los ecosistemas sanos.

La evidencia apunta a que la conservación de la biodiversidad y sus servicios ecosistémicos es necesaria para proteger la salud humana directa e indirectamente.