El bienestar como tendencia

Los amplios debates sobre las acciones de salud pública para controlar la crisis sanitaria han dejado marcadas diferencias entre las decisiones políticas, económicas y humanitarias.

Con dos años de pandemia a cuestas, la sociedad de la inmediatez llega a un nuevo capítulo con un amplio desgaste que globalmente se deja ver en todas las áreas del desarrollo humano.

Los amplios debates sobre las acciones de salud pública para controlar la crisis sanitaria han dejado marcadas diferencias entre las decisiones políticas, económicas y humanitarias.

Alrededor del mundo, las olas y fases de la pandemia han dejado expuestos igualmente a gobiernos y organismos internacionales, y pareciera que la agenda global hoy se dicta desde nuevas trincheras y urgencias que antes se veían lejanas.

La realidad es que la reactivación económica y una notable mejora en el bienestar como concepto integral que consiga poner al ser humano al centro del desarrollo, urgen más que nunca.

Las batallas propagandísticas deberán quedar atrás para alcanzar objetivos realistas que nos permitan superar los obstáculos y retos que se asoman. La sobreinformación y la sobreexposición mediática han generado expectativas prácticamente inalcanzables incrementando el hartazgo entre la población mundial.

2022, como todos los años, traerá grandes retos, pero también importantes oportunidades y cualquiera que sea el escenario, eliminar la polarización, procurar un ambiente propicio para el desarrollo humano y la seguridad serán fundamentales para que el bienestar sea la tendencia central.

Geopolíticamente, hay temas importantes que no hay que perder de vista, desde las migraciones asociadas al cambio climático y el calentamiento global, como la estabilización política de regímenes que asumieron el poder a lo largo del ya extinto 2021, los desafíos comerciales asociados a la crisis de la cadena de suministros y la provisión energética, hasta la puesta en operaciones de acuerdos comerciales y económicos importantes que involucran a los mercados más grandes del mundo.

La innovación asociada al desarrollo tecnológico y el rediseño de los hábitos de consumo se centran en un solo objetivo: el bienestar. Así mismo, las guías del desarrollo organizacional priorizan estrategias de florecimiento humano, fortalecimiento del talento y reducción del burnout, buscando contribuir a la disminución de los factores de riesgo psicosociales causados por los contextos tóxicos dentro y fuera de las organizaciones.

En 2022, el ser humano deberá buscar más regresar a los conceptos básicos del desarrollo que los rebuscados discursos políticos que han nublado las conciencias poniendo los intereses políticos por encima de todo.

La tarea es ardua, pues es justamente la ventaja de la inmediatez lo que nos impide ver que no hay planeta B, que la vida y la salud es más importante que la demagogia y las acciones clientelares y que el bienestar es un grado de equilibrio y revalorización del ser humano, en el que la educación, la salud, la seguridad, la alimentación, la felicidad, la libertad y el derecho a la vida se procuran en cada una de las actividades, pero sobre todo, se concretan en acción colectiva, empatía y solidaridad.