Inteligencia Artificial y la Industria logística

En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha demostrado ser clave para la optimización de la logística; una necesidad que se convirtió en prioridad con el incremento de compras (principalmente online), el pico de la demanda y mayores cargas de trabajo, todo acelerado por el contexto sanitario. Por ello, no es de sorprender que estimaciones de IDC indican que para 2023 la industria logística global aumentará su inversión en esta tecnología en 250 por ciento.

Y es que tanto antes como durante la pandemia, este sector se vio ampliamente beneficiado con su uso, como indica la investigación que Google Cloud realizó en 2021, la cual reveló que el 64% de las empresas del sector manufacturero a nivel global, ya implementa IA en sus operaciones principalmente en dos áreas: control de calidad y optimización de la cadena de suministro, esta última está íntimamente ligada a la logística.

Las mejoras que representa el uso de esta tecnología son sorprendentes. Por ejemplo, las empresas de mensajería y logística pueden reducir las existencias hasta un 75%, recortar los costes administrativos en 80% y disminuir los costes de almacenamiento entre 15 y 30 por ciento.

Además, ha demostrado ser fundamental para la toma de decisiones ya que con IA es posible analizar grandes volúmenes de datos, mayores órdenes de magnitud y contemplar cientos (o, incluso, miles) de variables de un problema, explorando los distintos escenarios posibles. Esto se puede traducir, por ejemplo, en la optimización de distribución de mercancía entre los distintos vehículos e, incluso, dentro de los mismos para reducir el espacio libre inutilizado; o bien, la elección del acomodo óptimo que balancee mejor la carga, disminuyendo el esfuerzo del transporte y, por consiguiente, logrando un menor consumo de combustible.

En concordancia con los favorables resultados que brinda la IA, las empresas de logística pueden generar un retorno de inversión de entre mil trescientos y dos mil millones de dólares al año mediante su adopción, de acuerdo con estimaciones de la consultora McKinsey, las cuales también indican que luego del impacto de la pandemia en las cadenas de suministro globales, casi el 80% de los gerentes manifestaron su intención de mejorar el gasto en esta tecnología, ya que lo consideran necesario para prepararse ante escenarios de inestabilidad extrema.

Ahora bien, hay que tomar en cuenta que la tecnología es sólo un habilitador que, con los desarrolladores correctos, crea nuevas formas de operar, que brindan mayor eficiencia y escala, pero sobre todo innovación. Muestra de ello son las soluciones que minimizan la cantidad de movimientos que deben realizar los operadores de un puerto para llegar a los contenedores que son solicitados para retiro. Este tipo de soluciones, desarrolladas en Baufest, mejoran los niveles de stock en los almacenes, evitando el desabastecimiento y el excedente, pero hay que considerar que para construirlas se requieren, además, de un acompañamiento que permita entrar a un modelo de IA efectivo, que incluya parámetros capaces de inferir sobre nuevos datos.

Otro ejemplo es la aplicación de IA a través de reconocimiento de imágenes, que permite simplificar la identificación de los tipos de daños que se detectan tanto en los contenedores como en los productos que se transportan.

Esto brinda la oportunidad a los distintos actores del ecosistema logístico (productores, transportistas, importadores, aseguradoras, depósitos) de acelerar los procesos de reclamaciones que, por lo general, llevan meses de procesamiento, generando costos a todas las partes. En el caso de los daños de contenedores, a estos costos se suma el desaprovechamiento de recursos que quedan frenados hasta su reparación.

Sin duda, esta tecnología llegó para quedarse, y en 2022 continuará su posicionamiento. Veremos que se implementarán cada vez más soluciones mediante su uso y conforme aumentan las investigaciones en el área, el número de problemas que se podrán abordar con este recurso seguirá creciendo exponencialmente, haciéndola imprescindible en nuestro día a día.

Como bien dice el profesor Andrew Ng, “la Inteligencia Artificial es la nueva electricidad”. No es simplemente un avance científico o tecnológico más, sino que es el elemento que revolucionará (como ya lo viene haciendo desde hace años) la industria, la salud, la vida cotidiana, como hace décadas sólo se imaginaba en historias de ciencia ficción.