Los Principios de Empoderamiento de las Mujeres

El concepto de empoderamiento femenino en relación con el alcance de la igualdad de género se ha hecho muy popular en los últimos años, tanto en el plano social como dentro del ámbito empresarial. Pero ¿qué implica exactamente este concepto?

Su origen se remonta a la IV Conferencia Mundial sobre la Mujer en Bijing (Pekín, 1995) y se refiere al “aumento de la participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones y acceso al poder” con el objetivo de avanzar en la equidad entre géneros. Éste se relaciona con los ejes de derechos humanos, salud sexual y reproductiva y educación, considerados fundamentales para el avance y el aumento de la participación de las mujeres a todos los niveles en la sociedad, también en el plano económico.

En 2010 el Pacto Mundial de Naciones Unidas en alianza con ONU Mujeres, elaboraron un marco de siete Principios para impulsar a los grupos de interés a promover la igualdad de género en el lugar de trabajo, el mercado y la comunidad: los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres, también denominados WEPs por sus siglas en inglés. Éstos sirven como hoja de ruta para fomentar prácticas comerciales que empoderen a las mujeres, incluida la igualdad de remuneración, la igualdad de oportunidades para el avance profesional, la licencia parental remunerada y la tolerancia cero al acoso sexual en el lugar de trabajo.

A continuación, haremos un recorrido por cada uno de ellos:

Principio 1. Promover la igualdad de género desde la alta dirección

El Principio 1 alienta a establecer metas y objetivos para toda la empresa en esta materia y medir el avance a través de indicadores de desempeño claros. Estableciendo, además, a las gerencias de todos los niveles como los responsables de estos resultados.

Principio 2. Tratar a todos los hombres y mujeres de forma equitativa en el trabajo – respetar y defender los derechos humanos y la no discriminación

Este principio puede resultar obvio y aun así es muy necesario, pues sirve para tener un compromiso explícito de la organización con la igualdad de género. Las empresas que lo firmen deben fomentar una cultura laboral inclusiva, considerar la implementación de medidas de trabajo flexibles, garantizar la igualdad de oportunidades, así como una política de igualdad retributiva justa, etc.

Principio 3. Velar por la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores y las trabajadoras

Este principio, incluye dentro de las tareas de la organización en torno a este Objetivo la prevención de todas las formas de violencia y acoso sexual en el trabajo, la garantía de acceso equitativo al seguro médico a todos los trabajadores o la capacitación del personal para reconocer signos de violencia contra las mujeres, entre otras medidas.

Principio 4. Promover la educación, la capacitación y el desarrollo profesional de las mujeres

La formación es un arma muy poderosa y valiosa en el ámbito de la igualdad de género. Por ello, queda recogido en este principio la formación y sensibilización en igualdad, el acceso igualitario a formación, así como a programas formales e informales de creación de redes y mentores o la inversión en políticas y programas en el lugar de trabajo que hagan avanzar a las mujeres de la organización.

Principio 5. Implementar prácticas de desarrollo empresarial, cadena de suministro y mercadotecnia a favor del empoderamiento de las mujeres

Las acciones de sostenibilidad también deben darse fuera de los muros de la empresa, implicando a la cadena de suministro. En este caso, el principio 5 invita a las empresas a establecer programas de diversidad de proveedores incluyendo empresas lideradas por mujeres, a eliminar estereotipos de género en todos los medios y material comunicativo de la empresa y a instar a sus socios comerciales a adoptar los WEPs.

Principio 6. Promover la igualdad mediante iniciativas comunitarias y liderando con el ejemplo

La repercusión de las empresas en el desarrollo local es mayúscula. Por ello, este principio insta a las empresas a aprovechar la influencia de la organización para implicar a las comunidades y grupos de interés con la igualdad de género.

Principio 7. Evaluar y difundir los avances realizados a favor de la igualdad de género

De nada sirve trabajar en los principios anteriores si no contamos con un sistema de seguimiento y reporte de los resultados que nos ayude a avanzar hacia los objetivos. Esa es en efecto la meta de este último principio, que debe estar presente en todas las etapas de trabajo de la entidad sobre la materia.

 

Igualdad de oportunidades entre géneros

La igualdad de oportunidades entre géneros es un aspecto a formalizar en las empresas ¡Conoce algunas estrategias! 

La equidad de género en puestos directivos se ha manifestado como una necesidad para equilibrar las oportunidades entre mujeres y hombres. De acuerdo con datos de un estudio realizado por LinkedIn, sólo 4 de cada 10 mujeres ocupan cargos de alta dirección en México.

Asimismo, una publicación de Deloitte revela que, sólo 16% de las posiciones correspondientes a los Consejos de Administración, son ocupados por mujeres a nivel internacional, dando pauta a un reto que involucra a las empresas en el ambiente mundial.

Ante esta disparidad, se requieren de esquemas de vigilancia, regulación y promoción, los cuales permitan contar con un entorno de oportunidades para ambos géneros. La alta dirección tiene la labor de fomentar dicho ambiente de trabajo, partiendo de los puestos estratégicos de cada área funcional.

Dados los desafíos anteriores, te compartimos algunas estrategias aplicables:

Estrategias

1. Conformar un comité de equidad: constituir un órgano que dé transparencia, vigile los ascensos y permee la inclusión de los géneros, implicaría un beneficio tangible a los porcentajes de mujeres y hombres en puestos directivos.

2. Robustecer criterios de selección: establecer una misma cuota de candidatos correspondiente a ambos géneros, daría equilibrio y un marco justo en los procesos de contratación o promoción de un puesto clave.

3. Incentivar la contratación de mujeres: ante la baja participación de la figura femenina, se podrían atraer candidatas mediante programas de referidos específicos, considerando el otorgamiento de bonos y premios a quienes contribuyan.
4. Balancear la representación de género en el Consejo de Administración: el Gobierno Corporativo es un modelo que requiere del mismo entorno accesible para todos, por ello, la participación igualitaria debe ser prioridad para los miembros del Gobierno. Invitar a consejeras externas puede ser un punto de partida.
5. Impartir capacitaciones al talento en equidad de género: enseñar y transmitir una visión inclusiva, parte de la capacitación formal mediante cursos orientados a generar conciencia y puesta en práctica de los valores relacionados.
6. Trazar planes de contratación igualitaria: atribuir metas orientadas a tener una plantilla proporcional de directoras y directores, permitiría que dicha iniciativa se convierta en un evento cada vez más común en todos los rangos de la organización. Este mensaje es recomendable transmitirse desde la misión y la visión de la compañía, generando empatía con valores compartidos y acciones que busquen este propósito.
7. Incorporar mecanismos de denuncia: a fin de identificar casos de abuso de poder o violación a las políticas de equidad, un medio anónimo sería el canal adecuado, fomentando la cero tolerancia a los actos antiéticos.
8. Designar embajadores por género: liderar el cambio mediante rostros identificables, otorgaría mayor impacto a los esfuerzos de equidad. Altos directivos podrían ocupar este rol de embajadoras y embajadores, participando en campañas internas de concientización.
La equidad de género en puestos directivos va más allá de una tendencia, convirtiéndose en una práctica que las empresas impulsan con alto sentido ético, social y transparente. Asimismo, aporta capital intelectual y liderazgo ante las decisiones de mayor impacto que rodean a las compañías. Acciona iniciativas relacionadas y transforma la visión empresarial.

¿Cómo promover la equidad de género?

La falta de oportunidades laborales, discriminación, brecha salarial, el acoso y otras formas de violencia hacia las mujeres, son algunos de los obstáculos comunes para la equidad de género en las organizaciones.

¿QUÉ ES LA EQUIDAD DE GÉNERO? 

Para empezar, la equidad consiste en la distribución justa de los recursos y el poder en una sociedad. Y en el caso de la equidad de género, se refiere a la justicia en el tratamiento de hombres y mujeres, de acuerdo con sus necesidades respectivas.

Es decir, que, para alcanzar la equidad, debemos incorporar medidas que compensen las desventajas que históricamente han arrastrado las mujeres.

Si bien la Constitución Mexicana garantiza el derecho a la igualdad, existen leyes específicas para prevenir y erradicar la discriminación de género.

BENEFICIOS DE LA EQUIDAD LABORAL  

En cualquier organización, la igualdad de oportunidades es parte íntegra de la inclusión laboral, que a su vez es indispensable para lograr un sentido de pertenencia y alineación con los valores de la compañía.

Entre los principales logros cuantificables, un estudio encontró los siguientes beneficios de la igualdad en el trabajo:

  • Mejora el ambiente laboral
  • Mejora la comunicación entre la administración y trabajadores
  • Aumenta el número de mujeres en posiciones de alto rango
  • Mayor productividad
  • Menor brecha salarial

MEDIDAS PARA PROMOVER LA EQUIDAD 

Como es fácil imaginar, la equidad de género no se consigue con el simple hecho de que la mitad de los recursos humanos sean mujeres. Tampoco resulta tan sencilla como prohibir la violencia hacia las mujeres.

Las siguientes propuestas han sido aplicadas como parte de modelos, pruebas piloto y programas en diversos países, por instancias como el Banco Mundial (BM) en colaboración con empresas.

  1. Usar la perspectiva de género para reclutar personal

La discriminación de las mujeres está presente en los procesos de reclutamiento de personaldesde el momento mismo en que se define el perfil del puesto y se publica la vacante.

Al respecto, se recomienda tener presente que ser mujer u hombre no debería ser requisito para ningún puesto de trabajo. Asimismo, dar preferencia a la contratación de mujeres en igualdad de condiciones, es decir, cuando ambos candidatos se muestren aptos.

  1. Fomentar una cultura inclusiva

Para promover una cultura igualitaria y de inclusión laboral, es recomendable que la empresa se preocupe por dos vertientes: la normativa y la cuestión cultural.

Respecto a la primera, se aconseja a las empresas crear un protocolo contra el hostigamiento y acoso sexual,

En segundo lugar, es necesario informar al personal sobre las políticas que aplica la compañía para la no discriminación, así como capacitar al personal para prevenir y detectar cualquier expresión de violencia de género y acoso.

  1. Impulsar equipos de trabajo igualitarios

Una medida para trabajar por la equidad de género es ofrecer las mismas capacitaciones y oportunidades de promoción a hombres y mujeres.

  1. Celebrar públicamente sus logros

Reconocer a todos por sus buenos resultados, de la misma manera en que se hace con sus homólogos. Así, además, la compañía impulsará distintos tipos de liderazgo.

  1. Escucharlas de forma continua

Una de las medidas más importantes para empezar a trabajar por la equidad de género, es mantener comunicación con mujeres y hombres en el centro laboral. Saber cómo se sienten, quiénes son y cuáles son sus motivaciones, ayudará a encontrar las políticas que fomenten su crecimiento y sentido de pertenencia.

En resumen, enarbolar la equidad de género implica incorporarla en las normativas y documentos oficiales de la empresa, pero también difundirla con el ejemplo y mediante esfuerzos de capacitación.

En GDI buscamos que todos tengan las mismas oportunidades, basándonos en sus conocimientos y habilidades, buscamos escuchar cuales son sus necesidades y cubrirlas, les brindamos todas las herramientas y conocimientos para ser mejores día con día.

Equidad de género en las empresas

La equidad de género en la iniciativa privada es un tema del que siempre se habla, pero de ahí a que realmente se lleve a cabo hay mucha diferencia. En México, 48.9% de las empresas tiene políticas impresas en el papel, aunque solo 26.6% tiene planes de acción que las ejecuten. Cerrar la brecha entre ambos indicadores resulta complicado debido a que no hay suficiente conocimiento, no se asigna presupuesto, no se conforma un comité de trabajo, ni se establecen métricas.

En América Latina, en promedio casi 52% de organizaciones cuenta con este tipo de proyectos y 40% de ellas realmente lo cumple.

En el ranking, que contó con la participación de 910 organizaciones de las cuales 184 son de México, destaca que ninguna empresa del país se encuentra entre las primeras diez que tienen las mejores prácticas de equidad de género, aun cuando incluso el 29.3% de las analizadas cuenta con una CEO. La especialista destaca que este resultado se relaciona con que existe todavía una cultura machista arraigada y desconocimiento sobre cómo impulsar al talento femenino.

En su análisis menciona que son tres los factores que las empresas mexicanas deben comenzar a resolver para empezar a cerrar la brecha en materia de equidad de género:

  • Metas, ya que solo el 22% cuenta con ellas
  • Políticas claras de igualdad salarial, que solo el 21% tiene protocolos de atención a violencia y acoso sexual, presentes solo en el 50%; y
  • Proceso adecuado de ascensos y contrataciones, que hace falta en el 60% de organizaciones.

Similar a los resultados que presenta Aequales se encuentran los números reflejados en la encuesta When Women Thrive 2020 de la consultora Mercer. De 93 empresas mexicanas que se tomaron en cuenta, 72% cuenta con políticas de diversidad e inclusión, pero solo 40% tiene una estrategia que perdura a través de los años; la representación de colaboradores entre las compañías participantes se divide entre 38% mujeres y 62% hombres.

Según el análisis, conforme se avanza el nivel jerárquico, la brecha en equidad de género se hace más grande. Por ejemplo, a nivel staff de apoyo solo el 35% está representado por mujeres, mientras que a nivel ejecutivo asciende apenas a 15.

El análisis de la encuesta de Mercer destaca una metodología para propiciar políticas adecuadas de equidad de género que no solo promuevan la inclusión de más mujeres en la vida laboral, sino que también les permita acceder a una carrera dentro de las empresas. Se empieza por el diagnóstico del problema, establecer estrategias que vayan de la mano con la operación del negocio, comprometer a los líderes, ejecutar y medir resultados.