Una forma correcta de consumir bienes y servicios

El consumo sostenible es una forma de consumir bienes y servicios para cubrir nuestras necesidades básicas, aportando una mejor calidad de vida, pero reduciendo el consumo de recursos naturales y materiales tóxicos, y disminuyendo asimismo las emisiones de desechos y contaminantes en todo el ciclo de vida del servicio o producto. Todo ello con el fin de no comprometer el futuro de las próximas generaciones.

Todos los días, a cada momento las personas hacemos algún tipo de compra ya sea grande o pequeña. A veces respondiendo a una necesidad básica, fundamental y en muchas otras ocasiones a un deseo o capricho.

Siempre estamos inmersos en constantes intercambios comerciales, sin embargo casi nunca nos detenemos a pensar sobre las implicaciones de esa acción  cotidiana. Y es que comprar tiene consecuencias ambientales y sociales.

Al adquirirse un cierto bien o servicio se puede estar promoviendo una importante acción ambiental, o siendo parte de alguna iniciativa de inclusión social que beneficie sectores vulnerables de la población. Precisamente,  de esto se trata el consumo sostenible, de adquirir productos o servicios en los que se haya contemplado lo siguiente:

  • Un uso racional y adecuado de los recursos naturales (extracción de materias primas adquiridas con bajos o nulos impactos ambientales)
  • Una baja generación de residuos y un manejo integral de estos.
  • La reducción del uso de materiales tóxicos o que dañen el ambiente.
  • La reducción de emisiones atmosférica de CO2 u otros gases contaminantes.
  • Iniciativas solidarias o de inclusión social.

Es decir que el consumo sostenible, comprende los tres ejes del desarrollo sostenible:

  1. Económico
  2. Social
  3. Ambiental.

La pandemia de la COVID-19 ha ofrecido a los países la oportunidad de elaborar planes de recuperación que reviertan las tendencias actuales y cambien nuestros patrones de consumo y producción hacia un futuro más sostenible.

El consumo y la producción sostenibles consisten en hacer más y mejor con menos. También se trata de desvincular el crecimiento económico de la degradación medioambiental, aumentar la eficiencia de recursos y promover estilos de vida sostenibles. También pueden contribuir de manera sustancial a la mitigación de la pobreza y a la transición hacia economías verdes y con bajas emisiones de carbono.

Como empresa en GDI buscamos un consumo responsable y sostenible, pensamos en nuestro planeta y la situación a futuro.

Buscamos producir un mínimo de residuos, por ejemplo, en cuestión de la elaboración de nuestros productos usamos una cortadora que realiza cortes  más precisos y así generamos menor cantidad de residuos de tela.

Buscamos que nuestros productos sean amigables con el ambiente, para que  al momento de que nuestros clientes los utilicen sepan que ayudan con una mejora al planeta, por eso, incluimos en nuestra cartera de productos, prendas sustentables (chalequines, pantalones y cubrebocas).

Consume de manera responsable y piensa en el futuro.

Un plan de continuidad del negocio efectivo

El brote de COVID-19 provocó que los líderes y propietarios de negocios tomarán decisiones a corto plazo para dar continuidad a sus operaciones; sin embargo, estas medidas tuvieron que modificarse debido a la prolongación de la cuarentena 

Ante un contexto de contingencias tan relevantes, es de suma importancia que las organizaciones identifiquen los rubros de la empresa que podrían verse más afectados, y a partir de ellos configurar un plan de continuidad del negocio efectivo que ayude a mantener con normalidad tres temas principales:

  1. Cadena de suministro
  2. Operación del negocio
  3. Factores financieros y externos

La primera etapa consiste en contar con un plan de continuidad del negocio, que permita comprender los riesgos principales en las operaciones y la cadena de suministro. A partir de este conocimiento, será posible destinar los equipos suficientes para atender la crisis, y luego enfocarse en el diagnóstico de la cadena de abastecimiento y la gestión de riesgos.

Como segunda etapa, es esencial determinar si los directivos y su gobierno corporativo podrían tomar las decisiones clave con la rapidez necesaria, planeando escenarios financieros y de negocio que abarque desde una pronta recuperación ante esta coyuntura, hasta un freno en el crecimiento o una posible recesión global.

A corto plazo, deben plantearse acciones de mitigación de riesgos en operaciones y cadena de suministro, evaluando impactos en la transportación. En este sentido, las organizaciones deben asegurarse de tener comunicación con sus clientes y grupos de interés principales, revisar y evaluar el impacto que tendrá la planeación y gestión del talento, y revisar impactos que podrían ir surgiendo en función del sector donde se opera.

Finalmente, en una tercera etapa será necesario dar continuidad a la construcción de una cadena global de suministro ágil y con visibilidad plena de todos sus eslabones, así como comprender y realizar una automatización digital y de procesos para mitigar las consecuencias de las posibles interrupciones que, como hemos visto, pueden afectar a las empresas debido a factores externos, desarrollando e implementando prácticas potenciadas de gestión de riesgos.

Dentro de GDI tuvimos que adaptarnos y crear estrategias para seguir con nuestras labores y con la producción de prendas. 

Implementamos mejores estrategias y comunicación con nuestros clientes y proveedores; para poder establecer tiempos de recepción de materia prima y establecer tiempos reales de entrega. Siempre tomamos en cuenta la situación en la que nos encontrábamos y los cambios diarios, para no poner en riesgo las operaciones y así no tener un descenso.

En GDI buscamos mejores estrategias hasta el día de hoy, para poder saber qué acciones implementar en situaciones futuras.