Una autoexploración que puede salvar tu vida

La autoexploración de mama es un procedimiento de vital importancia para poder detectar anomalías para así evitar el desarrollo del cáncer de mama; se debe realizar de forma regular examinado física y visualmente los senos.

Es recomendable realizar la autoexploración de mama a partir de los 20 años de edad por lo menos una vez al mes, para poder conocer cómo son normalmente los senos y poder identificar si hay algún cambio en su forma, textura o consistencia. Elegir un día determinado para la autoexploración mamaria ayudará a tener un mejor control para recordarla, el mejor momento para realizarla es más o menos de 5 a 10 días después del comienzo de la menstruación, en estos días es menos probable que las mamas estén doloridas o inflamadas. Si no hay regla se puede realizar en un día fijo del mes. Es importante realizar la autoexploración de mamas periódicamente.

La autoexploración de mama se debe realizar con una inspección visual (con o sin espejo) para observar si hay algún cambio en el contorno o textura del seno. También realizar la inspección manual de pie y recostada para identificar protuberancias o engrosamientos inusuales.

Cómo realizarla

Paso 1:

Párate frente a un espejo con los hombros rectos y los brazos junto a la cadera y mírate las mamas.

Esto es lo que debes encontrar:

  • mamas de tamaño, forma y color normales
  • mamas bien formadas, que no presentan deformaciones ni inflamaciones visibles

Si notas alguna de las siguientes alteraciones, informa a tu médico:

  • formación de hoyuelos, arrugas o bultos en la piel
  • cambio de posición de un pezón o pezón invertido (está metido hacia adentro en lugar de sobresalir)
  • enrojecimiento, dolor, sarpullido o inflamación

Paso 2:

Ahora, levanta los brazos y fíjate si ves las mismas alteraciones.

Paso 3:

Cuando estés frente al espejo, fíjate si te sale líquido de uno o ambos pezones (puede ser transparente, lechoso o amarillento, o sangre).

Paso 4:

Luego, acuéstate y pálpate las mamas con las manos invertidas, es decir, la mama izquierda con la mano derecha y viceversa. Procura utilizar un tacto firme y pausado con las yemas de los dedos, manteniendo los dedos rectos y juntos. El movimiento debe ser circular, del tamaño de una moneda aproximadamente.

Controla la mama completa de arriba a abajo y de lado a lado: desde la clavícula hasta la parte superior del abdomen, y desde la axila hasta el escote.

Sigue algún tipo de patrón para asegurarte de cubrir la mama entera. Puedes empezar con el pezón y avanzar en círculos cada vez mayores hasta llegar al borde exterior de la mama. También puedes mover los dedos verticalmente, hacia arriba y hacia abajo, como si estuvieras cortando el césped. Este movimiento ascendente y descendente suele ser el más utilizado por las mujeres. Asegúrate de palpar todo el tejido mamario, tanto en la parte delantera como en la parte trasera: para palpar la piel y el tejido superficiales, ejerce una leve presión; para llegar al tejido ubicado en la parte media de las mamas, una presión moderada, y para el tejido profundo, una presión firme. Al llegar al tejido profundo, tienes que poder sentir la caja torácica.

Paso 5:

Finalmente, pálpate las mamas estando de pie o sentada. Muchas mujeres dicen que la mejor forma de palparse las mamas es cuando la piel se encuentra mojada y resbaladiza, de modo que prefieren realizar este paso en la ducha. Controla la mama completa con los mismos movimientos que se describen en el paso 4.

 

Cuídate y explórate, cuida tu vida.

En México anualmente se presentan más de 27,000 nuevos casos y al menos 6,000 pacientes mueren debido a esta neoplasia. Además, más del 55% de las pacientes que son diagnosticadas con cáncer de mama en América Latina llegan al examen médico en etapas tardías y esto impacta en su supervivencia, alertó este lunes una especialista.
El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres en el mundo. En México, representa la primera causa de muerte por cáncer en las mujeres.
Las barreras existentes en el acceso a la atención de la salud han provocado una disminución de la efectividad de las estrategias de prevención implementadas. Por eso, la detección temprana se ha convertido en la pieza central para el control del cáncer de mama.
Como medida de detección oportuna se recomienda que todas las mujeres mayores de 25 años exploren sus mamas después de menstruar, tratando de encontrar alguna bolita. Ante la presencia de una bolita extraña, se debe acudir a evaluación médica.
FACTORES DE RIESGO
Dichos factores pueden ser:
Factores de riesgo que no pueden cambiar
  • Hacerse mayor. El riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad; la mayoría de los cánceres de mama se diagnostica después de los 50 años de edad.
  • Mutaciones genéticas. Cambios (mutaciones) heredados en ciertos genes, tales como en el BRCA1 y el BRCA2. Las mujeres que han heredado estos cambios genéticos tienen mayor riesgo de presentar cáncer de mama y de ovario.
  • Historial reproductivo. Inicio temprano de la menstruación antes de los 12 años de edad y comienzo de la menopausia después de los 55 años de edad exponen a las mujeres a hormonas por más tiempo, lo cual aumenta el riesgo de cáncer de mama.
  • Tener mamas densas. Las mamas densas tienen más tejido conjuntivo que tejido adiposo, lo cual, a veces, puede hacer difícil la detección de tumores en una mamografía. Las mujeres con mamas densas tienen más probabilidades de tener cáncer de mama.
  • Antecedentes familiares de cáncer de mama o cáncer de ovario. El riesgo de una mujer de tener cáncer de mama es mayor si su madre, una hermana o una hija (parientes de primer grado) o varios integrantes de la familia por el lado paterno o materno han tenido cáncer de mama o cáncer de ovario. Tener un pariente de primer grado de sexo masculino con cáncer de mama también aumenta el riesgo para la mujer.

Factores de riesgo que pueden cambiar

  • No mantenerse físicamente activa. Las mujeres que no se mantienen físicamente activas tienen un mayor riesgo de tener cáncer de mama.
  • Tener sobrepeso o ser obesa después de la menopausia. Las mujeres mayores que tienen sobrepeso o que son obesas tienen mayor riesgo de tener cáncer de mama que las que tienen un peso normal.
  • Tomar hormonas. Algunas formas de terapia de remplazo hormonal (aquellas que incluyen tanto estrógeno como progesterona) que se toman durante la menopausia pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama si se toman por más de cinco años. Ciertos anticonceptivos orales (píldoras anticonceptivas) aumentan el riesgo de cáncer de mama también.
  • Historial reproductivo. Quedar embarazada por primera vez después de los 30 años de edad, no amamantando y nunca tener un embarazo que llegue a término puede aumentar el riesgo de cáncer de mama.
  • Tomar alcohol. Algunos estudios muestran que el riesgo de la mujer de tener cáncer de mama aumenta cuanto mayor sea la cantidad de alcohol que tome.

Para reducir el riesgo de padecer cáncer de mama, se recomienda:

  • Practicar la lactancia materna por más de 12 meses.
  • Consultar a su médico sobre el uso de anticonceptivos orales.
  • Llevar una dieta rica en frutas y vegetales por su alto contenido de vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes.
  • Reducir al mínimo el consumo de grasas, azúcar y alcohol.
  • Mantener un peso adecuado.
  •  Realizar actividad física al menos 30 minutos al día.

Para lograr un diagnóstico temprano y aumentar la sobrevida, es importante realizar:

  • Autoexploración de las mamas a partir de los 20 años, al menos una vez al mes.
  • Realizar mastografía cada dos años en mujeres mayores de 40 años.
  • Realizar mastografía en mujeres menores de 50 años con antecedentes familiares de cáncer de mama.

Sin duda alguna, se requieren de grandes esfuerzos para lograr una respuesta social organizada y afrontar el cáncer de mama como problema de salud pública, a fin de mejorar la calidad de vida de las mujeres mexicanas.